Discurso con motivo de la felicitacion de ano nuevo a los ex combatientes

Discurso de Jacques CHIRAC, Presidente de la Republica, con motivo de la felicitacion de ano nuevo a los ex combatientes

Imprimir



Paris, 10 de enero de 2007


Señora Ministra de Defensa,
Señor Ministro delegado de los Ex Combatientes,
Señor Canciller de la Orden de la Liberación,
Señoras y Señores,

Es siempre para mí un placer poder reunirme con ustedes en esta ya tradicional felicitación de año nuevo.

Considero, en efecto, totalmente natural que el presidente de la República exprese el reconocimiento de la Nación a todas aquellas y a todos aquellos que se movilizaron por la libertad, que combatieron y que sufrieron por Francia. Como bien sabrán, considero de suma importancia el deber de memoria y de respeto debido a nuestros ex combatientes y a la Resistencia. Con este mismo espíritu y en aras de aclarar las decisiones de los poderes públicos, insistí, en 1997, para que fuera creado el Alto Consejo de la Memoria Combatiente, en la cual tienen cabida toda sensibilidad profesada por todos ustedes.

Este pasado año ha sido un año lleno de encuentros y de conmemoraciones importantes, en los cuales las Francesas y los Franceses participaron enormemente. Me remito, en particular, a la emotiva ceremonia que tuvo lugar en Douaumont, para el 90 aniversario de la batalla de Verdun.

2007 nos dará la ocasión de recordar otro año crucial de la Gran Guerra, 1917, con las conmemoraciones del Chemin des Dames y, junto a nuestros aliados de Gran-Bretaña y del Commonwealth, de las batallas de Arras y de Vimy.

Inauguraremos igualmente el Historial Charles de Gaulle, el cual dará fe, en el corazón de París, de la vida y obra del jefe de la Francia libre y del visionario hombre de Estado que reformó nuestras instituciones. Tendrá lugar gracias a haber oficializado, el pasado año, la fecha del 18 de junio como día nacional conmemorativo del llamamiento del general de Gaulle.

Rendir homenaje a los combatientes que tanto dieron por Francia significa igualmente velar por que su derecho a la compensación se garantice en las mejores condiciones.

Corresponde al Estado garantizar a nuestros soldados gravemente heridos, la mejor calidad de los ciudadanos, todo ello en un entorno material, afectivo y humano ejemplar. La Institución nacional de los "Invalides", a quien deseo rendir homenaje, simboliza este firme compromiso del Estado. Nuestros héridos, nuestros inválidos de guerra, tienen derecho al respeto y a la solidaridad de la Nación.

Junto al aumento del reconocimiento y de la compensación, me gustaría comentar con ustedes las importantes decisiones que han sido adoptadas a favor de los ex combatientes de los países que anteriormente se encontraban bajo la soberanía francesa. La descongelación de las pensiones, realizada desde 2003 por el gobierno, constituyó un enorme progreso frente a la situación que prevalecía desde 1950.

Pero era necesario ir aún más lejos para poner punto y final a las desigualdades que afectaban a las prestaciones del combate. Por este motivo, solicité al Primer ministro que instaurara la paridad completa para todos los combatientes que hubieran servido bajo el uniforme francés, independientemente de su origen.

Este importante esfuerzo para nuestras finanzas públicas es totalmente legítimo. Se inscribe en la línea del particular homenaje que hemos rendido a los ex combatientes del ejército de Africa – tanto europeos como no europeos -, durante las ceremonias del 60 aniversario del desembarco en Provenza, en agosto de 2004.

Quisiera saludar igualmente al Señor Hamlaoui Mekachera, quien tuvo la gran iniciativa, el pasado otoño, de organizar los Primeros Encuentros Internacionales sobre la Memoria compartida.

Dichos Encuentros han cosechado un enorme éxito. En París, representantes de un gran número de países, algunos de entre los cuales se habían batido violentamente a lo largo del siglo pasado, se han reunido en torno a una misma mesa. Debatieron, con un notable espíritu de fraternidad, políticas de compensación y de memoria. Hablaron de las nuevas cooperaciones que iban a instaurar entre sus países.

He aquí un gran ejemplo de lo que puede ofrecer la fraternidad combatiente de cara a la concordia entre los pueblos. Espero, Señor Ministro, que el éxito de su iniciativa animará a otros países a seguir sus pasos.

Señoras y Señores,

Permítanme desear muy sinceramente, a todos ustedes y a todas aquellas y a todos aquellos que les son queridos, un excelente año 2007 lleno de felicidad, de actividad y de grandes momentos de satisfacción personal.

El año que empieza contempla un gran número de importantes citas para nuestros conciudadanos. No tengo duda alguna de que el mundo combatiente asumirá todo su lugar en el debate democrático que ha comenzado. Sé bien que lo hará con total fidelidad a los valores de la República.

Al alba de este año nuevo, ruego transmitan este mensaje a sus camaradas, en testimonio de mi reconocimiento, de mi amistad y la de mis compatriotas.

Muchas gracias.





Otros sitios