Intervención del Presidente de la República en la primiera reunión del Foro franco-español de la sociedad civil

Intervención del Presidente de la República en la primiera reunión del Foro franco-español de la sociedad civil

Gerona, 16 de noviembre de 2006

Señor Presidente del gobierno español y Querido Amigo,

Quisiera indicar que, al referirme a “Querido Amigo”, no estoy recurriendo a una simple fórmula tradicional y diplomática. Se trata de la expresión de un sentimiento totalmente sincero.

Querido Señor Presidente Maragall, también amigo de Francia, desde hace mucho tiempo, aunque no siempre hayamos coincidido en ciertas cuestiones, como las que el Presidente Maragall ha tenido ocasión de recordar hace un momento. Quisiera expresar toda mi estima y reconocimiento por todo el trabajo que ha realizado, por las relaciones entre España, Cataluña y Francia.

Hemos podido observar como, hace un momento y junto al Primer ministro, se han aproximado varios franceses que se encontraban en la calle para saludarnos y comentarnos lo siguiente: “somos franceses, estamos de vacaciones por aquí, cerca de Girona, en viaje organizado y en gran número; estamos encantados”. En efecto, parecían muy satisfechos; de hecho quisiera señalar otro comentario que igualmente me hicieron: “además, en particular, se come muy bien aquí”. Señores Henri Proglio y Narcis Serra, ustedes están a cargo de esta gran iniciativa que representa este Foro. Me congratula poder rendir homenaje a esta acción que, de manera conjunta, han decidido llevar a cabo en beneficio de nuestras relaciones.

¿Y porqué ? Evidentemente, desde hace tiempo, la Unión europea, la cual se amplía cada vez más, únicamente puede funcionar con eficacia si se refuerzan igualmente las fuerzas centrípetas; en el seno de estas fuerzas centrípetas de Europa, las cuales garantizan el buen funcionamiento de Europa, se encuentran Alemania, Francia, España e Italia. Esto no significa que no considere importante al resto. Considero que cada uno de los países que forman Europa valen por igual, es algo evidente. Sin embargo, se trata de un problema natural, humano, porque nos encontramos aquí, en gran número, porque somos muy activos, porque somos dinámicos, porque somos complementarios. Nuestra responsabilidad es una responsabilidad colegiata, común, activa.

Nuestra relación no ha sido siempre la que debía ser. Pero no hablemos del pasado. Lo cierto es que ha tenido lugar, tanto por parte del gobierno español como por parte del gobierno francés, en la situación actual, una auténtica concienciación de la realidad de una asociación estratégica entre España y Francia, la cual condiciona, de manera importante, el éxito de Europa, debiendo ser ésta, por lo tanto, reforzada. Los vínculos entre nuestros dos países, la solidaridad evidente entre nuestros dos países, presuponen que desarrollemos todos los elementos que la constituyen.

Partiendo de dicha premisa nos reunimos, desde la formación del gobierno español, para ver de qué manera podíamos dar este nuevo e imperativo impulso. Siguiendo esta línea, decidimos crear un Foro de las sociedades civiles, el cual nos permitiría mantener una solidaridad más activa. No se puede, en el periodo actual y en el marco de nuestras economías, ignorar el carácter esencial de la cooperación a nivel privado. Por ello, también en este contexto, hemos decidido que debíamos mantener una mayor solidaridad, tanto a nivel militar como diplomático - ambas cosas son interdependientes - Por este motivo celebraremos, en el día de hoy, estos dos nuevos eventos de suma importancia, inscritos en el marco de la asociación estratégica franco-española, como son el Foro de las sociedades civiles y, más tarde, el Consejo de seguridad y de defensa franco-español. Hasta ahora, Francia disponía tan sólo de un Consejo de defensa y de seguridad similar, junto a Alemania. De ahora en adelante, algo legítimo, normal y que denota equilibrio, disponemos igualmente de él junto a España.

El día de hoy es, en cierto modo, un día algo especial, algo determinante, en la relación entre España y Francia y, por lo tanto, para la propia vida de Europa, de su economía, de su evolución social y de su lugar en el mundo.

Así lo hemos deseado. Hemos trabajado durante varios meses para conseguirlo y, en el día de hoy, podemos ver cómo esta voluntad y estos esfuerzos se materializan.

Las reflexiones, que en realidad son las de todos ustedes, se centran en cuestiones esenciales. No debemos dispersarnos. Usted ha señalado los problemas capitales de la investigación y de las universidades. De hecho, hoy mismo, adoptaremos varias decisiones a nivel universitario, las cuales permitirán facilitar los estudios para los estudiantes franceses en España, así como, recíprocamente, para los estudiantes españoles en Francia. Se trataba de una necesidad, de cara a reforzar nuestras acciones y nuestros ejes complementarios de investigación y desarrollo.

Por supuesto, nos enfrentamos al problema de la energía en Europa. Quizás hayamos ignorado el problema de la energía durante demasiado tiempo. Me congratula que el Consejo europeo haya situado el problema energético en cabeza de sus preocupaciones y, en este sentido, la cooperación hispano-francesa será, sin lugar a dudas, de gran importancia y dependerá, en particular, de todos ustedes y de sus reflexiones.

Naturalmente, también está el problema de la inmigración y de la integración. En realidad, compartimos las mismas dificultades. Por lo tanto y por definición, somos solidarios. Compartimos los mismos análisis. Compartimos, sobre el problema del necesario control de la inmigración, la misma observación, es decir, que la inmigración es fruto de un desarrollo insuficiente en ciertos países, en particular africanos. No solucionaremos nada si no aumentamos nuestro esfuerzo para el desarrollo en África, para permitir que los Africanos puedan vivir en su país. Debemos, en este sentido, realizar un esfuerzo de solidaridad; sin embargo, dicha solidaridad no debe expresarse únicamente como algo moral, sino igualmente como algo político. Sus reflexiones sobre la inmigración y la integración serán, evidentemente, indispensables.

Por último, cabe citar nuestros problemas de intercambios culturales. Somos dos antiguas naciones, de antigua cultura y, naturalmente, está en nuestro interés el cooperar para el futuro, ya que hemos vivido influencias recíprocas de gran importancia para nuestros dos países.

Así pues, el día de hoy es una jornada particular para Europa, para España y para Francia. No me ha sorprendido el hecho de que el presidente Zapatero, al llegar, me comentara: “compartimos la misma visión de los problemas y de las preocupaciones en lo que concierne a Oriente Medio, en particular a Palestina. Deberíamos adoptar una iniciativa común. Y he solicitado al Sr. Prodi - me dijo el Sr. Zapatero, - que nos llamara más tarde para que podamos ponernos de acuerdo de cara a adoptar una iniciativa entre los tres.” Tres países que comparten, de alguna manera, la misma sensibilidad, los mismos intereses y una misma mentalidad y que quizás puedan participar en la búsqueda y en la puesta en marcha de una solución sobre el problema palestino.

Quisiera decir, con todo ello, que hoy es un día importante para España, para Francia, para la relación franco-española. Tanto el presidente Zapatero como yo, hemos deseado una asociación estratégica muy fuerte. Hemos conseguido poner en marcha todos los medios para permitirnos alcanzar dicho objetivo. Me congratula haberlo conseguido, en el día de hoy, a través, por un lado, del Foro y, por otro, del Consejo de Defensa.

Permítanme saludar a las personalidades que hoy se encuentran presentes. Podría citar a cada una y a cada uno de ustedes, quien, cada cual en su ámbito, es una eminente personalidad, razón por la cual se encuentran hoy aquí. Sin embargo, quisiera nombrar simplemente, ya que me congratula que hayan decidido nombrarla directora, por parte francesa, a la Sra. Claudie Haigneré, a quienes ya conocen y por quien tengo una gran estima, un gran admiración y un gran afecto. Ha sido ministra de Asuntos europeos, ministra de Investigación. Como ya sabrán, se trata de una universitaria de enorme talento a quien sus amigos, creo, han apodado “Bac + 26”. Es astronauta, es decir, que observa las cosas desde arriba. Por ello, me congratula enormemente que pueda participar y poner su inteligencia, toda su sensibilidad y toda su competencia al servicio de nuestro Foro de las sociedades civiles.

Querido Amigo Zapatero, estoy muy contento de que, en el día de hoy, hayamos avanzado un paso más, un paso determinante y en mi opinión irreversible, en la asociación estratégica entre España y Francia, una asociación que hemos deseado y que hemos conseguido.

Muchas gracias.





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