Palabras del Presidente de la República Francesa en la cena de estado en honor de Sus Majestades los Reyes de España

Palabras del Sr. Jacques CHIRAC, Presidente de la República Francesa en la cena de estado en honor de Sus Majestades los Reyes de España

Palacio del Elíseo, lunes 27 de marzo de 2006

Majestades,

Al desearles nuestra más cordial bienvenida, me convierto en portavoz de todas las francesas y todos los franceses.

Mi esposa y yo tenemos muy presente la extraordinaria acogida que nos dispensaron en Madrid en 1999. Tenemos hoy la alegría de recibirles, 21 años después de Su última visita de Estado a Francia. Me permite la posibilidad de celebrar el impresionante camino que ha recorrido Su gran país desde su entrada en Europa.

Majestad, usted encarna esa España resueltamente implicada en la vía de la democracia y de la modernidad. Esa España que es ya una de las grandes potencias económicas del planeta.

Majestad, Su visita a Francia nos brinda la oportunidad de celebrar la amistad y los vínculos que unen a nuestros pueblos. Vínculos creados a lo largo de la historia. Vínculos entrelazados por la cultura heredada de la civilización latina.

Al presidente Rodríguez Zapatero le gusta hablar de «intimidad» entre españoles y franceses. Una intimidad del alma, profunda, que es al mismo tiempo la intimidad del corazón y la memoria. Francia no olvida a los refugiados que acudieron aquí hace setenta años, huyendo del dolor y la represión. Rinde homenaje a tantos españoles que obraron por su liberación en la resistencia y en las Fuerzas Francesas Libres. Deseo saludar hoy a la señora de Rol-Tanguy, esposa del coronel Rol-Tanguy, compañero de la Liberación, que fue uno de aquellos grandes héroes de la lucha por la democracia. Francia no olvida a todos los hijos y a las hijas de España que participaron en la construcción de la Francia moderna. Ellos son hoy el puente que une a nuestros países, y sienten una particular alegría, Majestad, por Su nueva visita a Francia.

Debemos cultivar constantemente esa intimidad. Aprendiendo cada vez más nuestras lenguas, multiplicando los intercambios entre estudiantes e investigadores, desarrollando las relaciones entre nuestros sectores de competitividad, en particular la aeronáutica, las biotecnologías y nanotecnologías. Construyendo juntos los nuevos enlaces ferroviarios, marítimos y energéticos, de los que hablábamos esta tarde, que deben eliminar los obstáculos para nuestros intercambios, respetando por supuesto el medio ambiente. Poniendo nuestro entusiasmo al servicio de una Europa de la innovación y la investigación dinámica.

Nuestro acercamiento se apoya cada vez más en nuestras empresas. Si bien Francia es el primer socio económico de España, también es un destino elegido por empresas e inversores españoles. No podemos sino alegrarnos por ello.

Fieles a ese espíritu, hemos decidido crear un «Foro de las sociedades civiles francesa y española». Bajo el cometido de explorar nuevas áreas de cooperación, cuenta con la participación de eminentes actores de nuestros intercambios económicos, científicos o culturales, muchos de los cuales se encuentran entre nosotros esta noche y a los que dirijo un afectuoso saludo y mi agradecimiento.

Nuestros dos países comparten además el mismo proyecto para Europa. Ambos deseamos una Europa política, organizada, competitiva, social y solidaria.

Nuestros dos países están también a la vanguardia de la cooperación judicial y policial europea, animados por una misma determinación para erradicar la amenaza terrorista, sea cual sea su origen. Deseo resaltar hoy de nuevo la dignidad y el coraje de los madrileños que sufrieron los odiosos atentados del 11 de marzo de 2004. Una tragedia que permanece en la memoria y en el corazón de los franceses.

Nuestra unidad existe también para superar los retos de la inmigración. Luchando contra la inmigración clandestina y sus redes mafiosas, ayudando a los pueblos del Sur para que se desarrollen con dignidad.

Nuestros dos países están unidos por los lazos de la Historia y del corazón a esas orillas de África que nos observan. Se encuentran en primera línea del gran acercamiento euromediterráneo iniciado en Barcelona hace diez años y que fue confirmado el pasado mes de noviembre. Se trata de una empresa histórica, esencial para el futuro.

Ese espíritu de generosidad y apertura, nuestros dos países lo expresan en el ámbito internacional. Nuestro entendimiento se traduce en iniciativas comunes en la ONU y en todos los foros internacionales. Nos mueve un mismo empeño por encontrar nuevos medios de financiación para eliminar la pobreza. Compartimos el mismo concepto del derecho internacional, la misma aspiración a un mundo más justo, más libre y más armonioso.

España y Francia rechazan los conflictos provocados por la ignorancia y luchan juntas en aras del respeto de la diversidad. Nuestras dos lenguas son habladas por cientos de millones de mujeres y hombres de todos los continentes y son fuentes de inspiración para la hispanofonía y la francofonía, movimientos implicados en la alianza de civilizaciones, la cual ha franqueado una etapa decisiva con la reciente adopción del Convenio de la UNESCO sobre la diversidad cultural.

Majestades,

Permítanme levantar mi copa, en honor de Sus Majestades, en honor de la Familia Real española, por la felicidad de Sus hijos y nietos. Brindo por España y por su gran pueblo, que tan cerca está de nosotros.

¡Viva España!
¡Viva Francia!
¡Viva la amistad franco-española!





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