Entrevista del Presidente de la Republica Francesa con el diario chileno EL MERCURIO

Entrevista del Señor Jacques CHIRAC, Presidente de la Republica, Francesa con el diario chileno “EL MERCURIO”

Miercoles 24 de mayo de 2006,


PREGUNTA – Usted se encontró por primera vez con la Sra. BACHELET en Viena, ¿cuáles fueron sus primeras impresiones? ¿Hablaron en francés?

EL PRESIDENTE - Tuve el gusto de conocer a la Presidenta BACHELET en Viena, lo cual me alegró. Tiene en Francia una reputación muy favorable. Tuve una excelente impresión. Es una persona con una fuerte personalidad y convicciones. Estuve muy contento de mantener un breve intercambio de opiniones con ella. A pocos días de mi viaje a Chile, me alegro de volver a encontrarme con ella.

PREGUNTA - ¿Cuál es el principal interés de Francia durante este viaje a Chile?

EL PRESIDENTE - Me alegro mucho de hacer este viaje. Tenemos numerosos intereses comunes. Las relaciones políticas son excelentes entre Francia y Chile. Compartimos una visión común sobre la humanización de la globalización y sobre la necesidad del multilateralismo.

También tenemos una preocupación común tanto por los problemas sociales como por el desarrollo económico. Esto nos conduce a querer permanentemente fortalecer nuestras relaciones económicas, técnicas, científicas y culturales.

PREGUNTA - ¿Qué temas figuran en la agenda de sus entrevistas con la Presidenta Michelle BACHELET ?

EL PRESIDENTE - Al igual que todos los franceses, le hago llegar mis mejores y más amistosos y sinceros deseos en el comienzo de su mandato a Michelle BACHELET. Ella encarna el triunfo ejemplar del Chile democrático. Al igual que su padre, en otros tiempos, dio un ejemplo de valor y voluntad. Su carrera política da muestras de su talento, de una energía excepcional al servicio de su país y sus conciudadanos. Su elección confirma que en América Latina, las mujeres desempeñan un papel cada vez más destacado en los asuntos públicos.

No dudo de que la Sra. BACHELET retome y vivifique la herencia del Sr. Ricardo LAGOS, cuya presidencia permitió arraigar la democracia, reactivar el crecimiento en un espíritu de cohesión social y volver a dar a Chile su proyección, tanto en América como en la escena internacional. Estoy convencido de que proseguiré con la Sra. BACHELET el diálogo amistoso y confiado que entablé con él.

Viajaré a Santiago de Chile con este ánimo de amistad y confianza compartida, acompañado por varios ministros, parlamentarios, empresarios y personalidades científicas y culturales.

Abordaremos todos los temas de interés común y estoy seguro de que abriremos nuevas perspectivas para incrementar nuestros intercambios, intensificar nuestras colaboraciones, especialmente científicas, y promover nuestras iniciativas comunes, como por ejemplo, los nuevos modos de financiamiento del desarrollo y la Facilidad Internacional de Compra de Medicamentos.

PREGUNTA - Usted fue un aliado importante para que Chile firmara el tratado de libre comercio con la Unión Europea, ¿qué balance puede hacer de los cuatro años de vigencia? ¿Es Chile una plataforma confiable para los capitales franceses?

EL PRESIDENTE - ¡Observamos una evolución muy positiva! Esto no me sorprende: al luchar por este acuerdo de asociación, sabía que la economía chilena estaba preparada. Los primeros resultados son prometedores: los intercambios entre Chile y la Unión Europea registran un importante incremento. Es un dato alentador para las empresas francesas que quieren invertir en Chile, beneficiarse del fuerte crecimiento y del entorno favorable para los negocios, que sus dirigentes han sabido crear.

PREGUNTA - El Gobierno chileno ha expresado la necesidad de que Europa elimine los subsidios agrícolas y adopte una política más solidaria con los productores sudamericanos. ¿ Qué acogida ha tenido esta idea?

EL PRESIDENTE - Hay que disipar una idea falsa: la de una Europa cerrada a las importaciones agrícolas. ¿Sabía usted que Francia compra cada año cerca de 2 500 millones de dólares en productos agrícolas y agroalimentarios a América Latina, siendo que sólo le vende por un monto de 400 millones de dólares?

En lo que se refiere a las negociaciones comerciales en la OMC, la Unión Europea ya ha contribuido de manera activa y ambiciosa al éxito del ciclo de Doha, al aceptar en particular una reforma muy profunda de su política agrícola. Uno de los principales avances del acuerdo de Hong Kong es la eliminación, de aquí a fines de 2013, de los subsidios desestabilizadores a las exportaciones.

Nuestros socios no han dado una respuesta equivalente ¡e incluso nos piden más concesiones! Es hora de que adopten una actitud positiva sobre las cuestiones industriales y de servicios.

Además, la Unión Europea ofrece, fuera de cualquier acuerdo regional o bilateral, un acceso privilegiado a su mercado para los productos procedentes de los países sudamericanos. De hecho, gracias a las reducciones o suspensiones de aranceles que otorga, su sistema de preferencias generalizadas es el dispositivo de este tipo más generoso del mundo. Chile se beneficia plenamente de estas preferencias.

PREGUNTA - En los últimos años, los europeos han vivido una crisis económica que se refleja, entre otras cosas, en la necesidad de reformar el estado de bienestar. Hay países como Alemania que han avanzado en las reformas estructurales para hacer a su economía más competitiva. Francia parece rezagada en ese proceso. ¿Cuál es la salida que ve usted a esta crisis, y qué medidas ha tomado su gobierno para evitar el descontento social?

EL PRESIDENTE - Todos los países europeos han emprendido reformas para promover a la vez el crecimiento económico y la cohesión social. Estamos convencidos de que no hay progreso económico sostenible sin cohesión social.

Francia ha llevado a cabo importantes reformas para adaptar su sistema de seguro de salud , instaurar un sistema de pensiones sostenible, mejorar la formación profesional y facilitar el acceso de todos al empleo.

Nos enfrentamos a una tasa de desempleo que es demasiado elevada aún, la cual genera graves problemas sociales. Pero desde hace algunos meses, se reactiva el crecimiento, se multiplican las creaciones de empleo y baja la cesantía . Es una tarea a largo plazo, prioritaria para el Gobierno, pero ya se observan resultados.

PREGUNTA - Para América Latina, que ha mirado tradicionalmente a Europa como un polo cultural, es desalentador que cada día vaya perdiendo influencia en beneficio de la cultura norteamericana. ¿Cómo ve la proyección cultural de Francia en la región latinoamericana?

EL PRESIDENTE - La Cumbre de Viena ha mostrado cómo los países de América Latina desean una Europa más presente a su lado. Debemos responder a esa llamada. Tal es el sentido de mi visita a Chile, que va a permitir cultivar y reforzar esta relación más específica entre Chile y Francia. Con la Presidenta BACHELET, vamos a adoptar medidas muy importantes, especialmente a favor de la cooperación universitaria, científica y técnica.

PREGUNTA - Usted es unos de los pocos líderes políticos europeos de larga trayectoria que todavía están en el poder. Ha cambiado el panorama de los grandes partidos y cada vez más son las encuestas las que lanzan dirigentes a la arena política. ¿Cómo ve el futuro de los partidos europeos ante este panorama? ¿Hay peligro de que surjan líderes populistas o, incluso, oportunistas?

EL PRESIDENTE - Se percibe mucho en la opinión pública europea una preocupación por el futuro. Con frecuencia, se percibe la globalización como un fenómeno que fragiliza la situación social de los asalariados y amenaza las identidades nacionales. Esto puede provocar reacciones, incluso políticas, a las que debemos responder.

Tal es el objetivo de las iniciativas que he tomado a favor de la diversidad cultural y del diálogo entre las culturas. Tal es el sentido de las iniciativas europeas para dar un nuevo impulso a una Europa de los proyectos particularmente competitiva en los ámbitos científicos y técnicos, que son la clave del futuro.

En términos políticos, los diferentes partidos deben tener el interés de enfrentar estas mutaciones para aportar a los ciudadanos respuestas modernas, a la vez realistas y llenas de esperanza en el futuro.

Soy optimista en lo que se refiere a Francia. Hoy, como antes, está demostrando tanto sus capacidades de adaptación como su vitalidad económica y cultural.

PREGUNTA -¿Cómo se observa desde Europa el fenómeno de la emergencia de líderes populistas en América Latina? Hugo Chávez ha sido considerado un factor desestabilizador de la región, por ejemplo.

EL PRESIDENTE - Entre todos los desarrollos ocurridos en Sudamérica en el transcurso de los últimos años, ninguno es tan importante como el ascenso irresistible de la democracia. En este ámbito, Chile ha dado uno de los ejemplos más notables, con el respeto a la memoria y sin concesiones frente al olvido. Con ello, se ganó la admiración del mundo.

Los pueblos han recuperado sus derechos y, en particular, el derecho a elegir libremente a sus dirigentes, por lo que se debe respetar sus decisiones. Todos aspiran a más justicia y desarrollo. Asimismo, quieren que se respete su dignidad. Para responder a estas expectativas, muchos de estos nuevos gobiernos democráticos han emprendido o quieren emprender profundas reformas en la sociedad. Todo, tanto en su tradición como en su acción presente, invita a Francia a comprender estas aspiraciones.

He escuchado la llamada de los dirigentes de América Latina en Viena, todos quieren hacer del progreso social una prioridad para arraigar la democracia y superar el riesgo del populismo.

Por ello, Francia está disponible para cooperar con todos los países de Sudamérica que deseen trabajar con ella. Tal es, por ejemplo, el objetivo del programa Eurosocial que hemos lanzado juntos.

A mi parecer, estas reformas tendrán tanto más éxito por cuanto estimulen el crecimiento económico y atraigan las inversiones internacionales, que necesitan seguridad jurídica. También creo que América Latina avanzará en función de los pasos que de en el camino de la integración, lo que supone una base común de políticas y valores.

PREGUNTA - En Bolivia se nacionalizó el sector hidrocarburos. Se ha hablado de nacionalizar el agua. Francia tiene inversiones en esos dos sectores. ¿Hay preocupación por la política de nacionalizaciones boliviana?

EL PRESIDENTE - Corresponde a Bolivia tomar sus propias opciones políticas con total soberanía. Tal es el caso de la decisión a la que usted se refiere sobre los hidrocarburos.

No dudo de que el Gobierno boliviano, que desea desarrollar a su país y atraer inversiones creadoras de empleos y riquezas, la implementará en un espíritu de apertura y diálogo, especialmente con las empresas extranjeras a las que hay que tratar tomando en cuenta la seguridad jurídica y la equidad.

Mi reciente entrevista con el Presidente Morales, el pasado 12 de mayo en la Cumbre Unión Europea - América Latina en Viena, me ha permitido pensar que tales eran sus intenciones.

PREGUNTA - ¿Qué piensa de la influencia de Francia en Europa y en el mundo? ¿Cree que la proyección que tuvo se mantiene viva?

EL PRESIDENTE - No me corresponde a mí decirlo. Corresponde más bien a los observadores extranjeros, de los que usted forma parte, ¡dar testimonio de ello!

En el plano europeo, veo que las propuestas que hicimos para la reactivación de Europa fueron ampliamente retomadas por el Presidente de la Comisión, el Sr. BARROSO. Eso me alegró y demuestra que Francia sigue teniendo ideas.

En el plano internacional, y hablando sólo de la última reunión, es decir, la de Viena, me pareció que las ideas que tenemos, especialmente en materia de multilateralismo y humanización de la globalización fueron ampliamente aceptadas por los Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe con los que me entrevisté.

PREGUNTA - Tras el «no» en el referéndum, ¿podrá desempeñar Francia un papel motor en el futuro de Europa?

EL PRESIDENTE - Francia debe desempeñar totalmente su papel, un papel de dinamismo y propuesta. Sin duda alguna. Y lo hace de la mano con Alemania. La experiencia demuestra que si queremos realmente hacer avanzar Europa, se necesita un acuerdo franco-alemán. Eso está en la naturaleza de las cosas.






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