Deseos a los Franceses del Sr. Jacques CHIRAC, Presidente de la República.

Deseos a los Franceses del Sr. Jacques CHIRAC, Presidente de la República.


(Paris, 31 de diciembre de 2005)

Queridos compatriotas de la metrópolis, de ultramar y del extranjero,

Ante la proximidad de este año nuevo, quiero comunicar a cada una y a cada uno de vosotros mis más sinceros deseos. En estos momentos festivos, pienso en primer lugar en todas aquellas personas que conocen la enfermedad, la soledad y la pena.

Pienso también en nuestros soldados, comprometidos en todos los continentes al servicio de la paz.

Quiero comunicar a la familia del Sr. Bernard Planche que todos los poderes públicos están totalmente movilizados para obtener su liberación.

El año 2005 ha sido testimonio de tensiones y de preguntas de nuestra sociedad: el no al referéndum y la crisis de las periferias dan fe de ello. Y en el contra plano se encuentra una cuestión, la de la globalización: ¿cómo seguir siendo nosotros mismos en un mundo que cambia a un ritmo acelerado?

Sin embargo, 2005 ha sido también un año de éxitos para Francia. Con el A380 de Airbus, con Ariane 7, con el sistema de navegación por satélite Galileo, con Iter para la energía del futuro, nuestro país se ha situado en cabeza de la innovación mundial. El crecimiento se encuentra repartido. Sobre todo, nos hemos enfrentado al paro. Es un mal, fuente de tantas dificultades, desgracias y bloqueos. Desde hace ocho meses, mes a mes, el paro desciende: alrededor de 160.000 parados menos. Es el fruto de vuestros esfuerzos, de las profundas reformas realizadas desde 2002 y de la acción resuelta del Gobierno. Anima extraordinariamente a seguir más adelante para ganarle la batalla al empleo.

Queridos compatriotas, hay que creer en Francia. Debemos recuperar toda la fuerza motriz y el sentido profundamente moderno del término "patriotismo": Amar a su país, estar orgulloso de él, actuar por él.

Entre todos, daremos un empuje a nuestra acción y nos inscribiremos en un proyecto colectivo. No se trata de un proyecto que haya que inventar, sino de vivirlo según principios y acciones: este proyecto es la República.

En la propia base de la República se encuentra el respeto de las leyes y de las reglas. Intensificaremos aún más la lucha contra la violencia y la delincuencia. Lucharemos con mayor vigor contra la inmigración clandestina. Reformaremos nuestra justicia, para que no pueda reproducirse nunca más un drama como el de Outreau.

Y en el seno de la República se encuentra el mérito: tener éxito por el trabajo de cada uno, por la voluntad, por el talento, sea cual sea el lugar en el que se viva o sea cual sea su origen. Poder progresar, tener éxito en la sociedad sin estar obstaculizado por la barrera de las castas o de los privilegios. La clave de todo es la escuela. Daremos más ayuda a los establecimientos que lo necesiten, hacer del aprendizaje el camino para el éxito, ampliar las puertas de las universidades y de las grandes escuelas para los hijos de las familias humildes.

Además, el honor de la República es el de intensificar nuestra acción al servicio de los habitantes de los barrios con dificultades, porque no puede haber República sin igualdad de oportunidades.

Queridos compatriotas, seamos intransigentes con los ideales de la República. Rechacemos el comunitarismo. Respetemos a cada persona. Respetemos el laicismo. Luchemos en contra de las discriminaciones. Combatamos el racismo y el antisemitismo. Porque somos nosotros mismos únicamente cuando nos liberamos de lo que empequeñece, de lo que ensucia, de lo que siembra la discordia. Porque la diversidad forma parte de nuestra historia: es una riqueza. Es una baza para nuestro futuro.

La República es también el espíritu de conquista. Haremos de la globalización un triunfo para nuestro crecimiento y para nuestros empleos.

Porque queremos reforzar nuestras bazas en el empleo y garantizar un alto nivel de protección social, vamos a encaminarnos hacia la reforma de su financiación. Hoy en día, cuanto más despidos realiza una empresa, más deslocaliza y menos cargas paga. Es necesario que nuestro sistema de cuotas patronales favorezca a las empresas que dan empleo en Francia.

Además, junto a nuestros socios, aseguraremos los recorridos profesionales, basándonos en el derecho al seguimiento y a la formación para todos y a lo largo de toda la vida laboral.

Ganaremos también la lucha de la globalización y del empleo yendo por delante del progreso tecnológico. Hoy en día, nos enfrentamos simultáneamente a dos revoluciones industriales principales: la energía y el post-petróleo, como el gran asunto de nuestro siglo. Y el sector digital.

He tomado la decisión de que estas sean las dos grandes prioridades de nuestra política industrial. Francia será pionera. Actuará para que nuestros socios europeos se encaminen hacia la vía de la construcción de la Europa industrial.

Europa es esencial para nuestro futuro. Junto a nuestros socios, hemos encontrado un buen acuerdo sobre el presupuesto europeo, pero Europa necesita instituciones más democráticas, más estables, más eficaces. No se puede esperar. Por ello, tomaré rápidamente iniciativas para relanzar la construcción de la Europa política, de la Europa social, de la Europa de los proyectos.

Queridos compatriotas de la metrópolis, de ultramar y del extranjero,

Seamos nosotros mismos. Hagamos de la globalización la baza de nuestro futuro. Francia ha superado siempre los desafíos a los que se ha enfrentado. En cada momento, ha salido fortalecida. La respuesta es la ambición, la fraternidad, la unión, la República.

¡Viva la República! ¡ Viva Francia!./.





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