Rueda de prensa conjunta de Jacques Chirac, Presidente de la República, y de George W. Bush, Presidente de los Estados Unidos de América, tras su encuentro - palabras de Chirac

RUEDA DE PRENSA CONJUNTA DE JACQUES CHIRAC, PRESIDENTE DE LA REPUBLICA, Y DE GEORGE W. BUSH, PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA, TRAS SU ENCUENTRO – PALABRAS DE CHIRAC -

(Sabado, 5 de junio de 2004)

Damas y Caballeros:

En primer lugar, quiero decir que es un placer desear hoy la más cordial bienvenida al presidente de los Estados Unidos de América, que se encuentra en Europa para celebrar el 60º aniversario del Desembarco. Mañana, durante las ceremonias que tendrán lugar en Normandía, en presencia de los veteranos y, en particular, de los veteranos estadounidenses de la Operación Overlord, aprovecharé la ocasión para manifestar a Estados Unidos y a los estadounidenses nuestro reconocimiento cuando pensamos en los sacrificios que hicieron y en la sangre que derramaron para liberar a nuestro país y, de forma más general, a Europa. Les diré que Francia les da la gracias y que no olvida.

El presidente Bush, que ha viajado a Europa para celebrar estas ceremonias, ha hecho una breve escala en Italia y hoy, otra en Francia, para hacer balance de algunos de los problemas que existen, antes de las importantes cumbres que tendrán lugar en el mes de junio, especialmente el G-8 de Sea Island, dentro de unos días, y la cumbre de la OTAN en Estambul, a finales de mes.

Como imaginan, hemos hablado con confianza y sinceridad de los problemas que existen en el mundo actual. Digo con confianza y sinceridad porque de vez en cuando veo o leo comentarios que no siempre son fieles a la realidad. Francia y Estados Unidos tienen una historia común desde hace doscientos años y, desde hace doscientos años, afirman y defienden los mismos valores de democracia, paz y respeto de los derechos humanos. En consecuencia, el diálogo entre nosotros siempre es fácil cuando abordamos los asuntos para los que tenemos respuestas idénticas o los otros, claro está. Trabajamos juntos y de forma muy positiva sobre la mayoría de los asuntos del momento, es decir, todo lo relativo a la paz y la estabilidad en el mundo.

Hemos hablado de nuestra profunda cooperación en materia de lucha antiterrorista. Desde este punto de vista, hemos reforzado considerablemente, en particular desde hace dos años, nuestra colaboración y cooperación. Lo mismo sucede en el caso de la lucha contra la proliferación, una cuestión sobre la que también tenemos un enfoque idéntico y una cooperación ejemplar, tal como demuestran nuestra cooperación sobre el programa PSI o la votación de la resolución 1540 sobre la no proliferación en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Asimismo, hemos evocado las crisis regionales, especialmente las operaciones de mantenimiento de la paz en las que soldados estadounidenses y franceses trabajan juntos. Así es en Afganistán, donde Francia participa en la operación Libertad Duradera. También en Afganistán y la FIAS donde, como saben, el cuerpo europeo va a asumir el mando con un general francés en Kabul. Nuestra cooperación también es excelente en los Balcanes: así es en Bosnia y en Kosovo. También hemos cooperado para evitar una catástrofe en Haití. Yo diría que ha sido una cooperación muy positiva. Por otro lado, también hemos comentado hoy la inquietud que tenemos por lo que sucede en África, por las crisis en África, especialmente por la que se desarrolla actualmente en el Kivu y los riesgos que implica para la estabilidad y la paz en esa región. Nos preocupa mucho el futuro y la estabilidad de la República Democrática del Congo.

En cuanto a Iraq, asunto sobre el que todos saben que nuestros países tienen un enfoque diferente y que las soluciones que propugnamos y la visión que tenemos de las cosas no son las mismas, compartimos una misma convicción que es que, tal como están las cosas en estos momentos, no hay alternativa a la restauración de la paz, la seguridad y el desarrollo en Iraq, y que hay que hacer todo lo posible por alcanzar ese objetivo. De ahí la negociación que se ha emprendido en el Consejo de Seguridad de la ONU de cara a obtener una resolución que, en la actual situación en Iraq, debe dejar muy clara la decidida voluntad de la comunidad internacional a alcanzar un objetivo. Y ese objetivo concreto es la plena devolución de la soberanía a un gobierno iraquí con la que se pueda devolver la esperanza a la población iraquí.

Estamos en la misma línea sobre este punto y creo que las cosas evolucionan correctamente y que las negociaciones se desarrollan en un buen clima. Espero que, en los próximos días, logremos una resolución que responda a lo que es, a nuestro juicio, esencial, a saber, dar a los iraquíes el sentimiento de que han recuperado su soberanía y vuelven a ser dueños de su destino. Y es que, en nuestra opinión, es una condición previa a toda solución a largo plazo de los problemas a los que se enfrenta ese país.

También hemos evocado el conflicto en Oriente Próximo. He comentado al presidente que nos preocupa ver que ese conflicto se perpetúa con todos los riesgos que supone no solo para la región sino también más allá de la misma. No hemos olvidado la dimensión siria y libanesa del problema. En lo que al Líbano respecta, hemos reiterado la convicción que tenemos de que ese país debe tener garantizada su independencia y su soberanía.

Dentro de unos días, volveremos a reunirnos en Sea Island para la cumbre del G-8 donde intercambiaremos ideas o decisiones que se deben tomar, y deliberaciones que se deben firmar, sobre una serie de asuntos relativos al crecimiento, al desarrollo, al empleo, a la seguridad, a la lucha contra el terrorismo y la proliferación, pero también al desarrollo en general y al desarrollo sostenible en particular.

Ahora, antes de ceder la palabra al presidente Bush, quisiera desearle una vez más mi más cordial bienvenida.

(...)

Pregunta.- (...) Señor Presidente Chirac, ha dicho que cree que el nuevo gobierno iraquí va a recuperar la plena soberanía. ¿Tiene alguna objeción a la nueva resolución de la ONU?

(...)

Respuesta.- Sobre la resolución, repito que creo que hemos progresado de forma muy positiva y que deberíamos poder poner el punto final a ese texto en breve. En efecto, aún hay que aclarar el tema de la seguridad que establezca la relación entre el gobierno iraquí, un gobierno que queremos que sea soberano y que tenga plenos poderes, y la fuerza multinacional. Tal como ha mencionado, se está concluyendo un intercambio de correspondencia entre la fuerza y el gobierno iraquí. La resolución deberá retomar los principales elementos de la misma. Espero que todo esto pueda hacerse con la mayor brevedad posible.

A mi juicio, lo importante no son las modalidades técnicas. Lo importante es hacer que el pueblo iraquí sienta realmente que recupera su independencia y que vuelve a ser dueño de su destino. Creo que es la única vía abierta para solucionar los grandes problemas a los que se enfrenta ese país y para controlar a las fuerzas centrífugas, tan fuertes, que existen en Iraq. Por eso estamos tan atentos para que no se dé a los iraquíes ninguna señal negativa que cuestionaría su soberanía, lo que podría llevarles a perder la confianza.

(...)

P.- Señor Presidente Chirac, ¿dado que su gobierno también creía que había armas de destrucción masiva en Iraq antes de la guerra, cree que es un fracaso de los servicios de inteligencia de todo el mundo? A pesar de su oposición a la guerra, ¿cree que la actual situación de Iraq, después de la guerra, es mejor que la de antes de la guerra? (...)

(...)

R.- Si no he entendido mal, ha dicho que, antes de la guerra, el gobierno francés declaró que había armas de destrucción masiva en Iraq. Es totalmente falso. Siempre he dicho que no tenía ninguna información que me permitiese pensar que las había o que no las había. Esa era la realidad. Ninguna de las informaciones de que disponíamos en este ámbito me permitía afirmar nada sobre este punto. Por ese motivo, siempre he repetido, especialmente al presidente Bush, que no podía hacer ninguna declaración sobre la existencia o no existencia de armas de destrucción masiva en Iraq.

P.- A pesar de su oposición a la guerra, ¿cree que la actual situación de Iraq es mejor que en la se encontraba antes de la guerra?

R.- Ha mejorado en algo ya que el régimen tiránico de Sadam Husein ha caído. Ese es el punto positivo. El punto negativo es que en el país reina el desorden. De manera que el problema actual es tratar de sacar el máximo partido al aspecto positivo, es decir, abrir la vía a lo que podría ser una forma de democracia y hacer que las fuerzas que se enfrentan, se apacigüen. Eso es todo. Pero es algo que veremos más adelante. Todavía no se han dejado atrás los problemas. En absoluto. La situación actual es muy precaria.

P.- Señor presidente, ¿en qué medida le parece acertada la comparación que ha establecido el presidente Bush entre la liberación de Europa del nazismo, hace sesenta años y que ahora celebran, y la liberación de Iraq por parte de las fuerzas estadounidenses?

R.- Entiendo perfectamente lo que ha llevado al presidente Bush a hacer esa comparación, aunque solo sea por razones que tienen que ver con las circunstancias de hoy y de mañana. Creo que la historia no se repite y que siempre es extremadamente difícil comparar situaciones históricas. Por consiguiente, creo que hay una situación que hemos definido hace unos momentos, en Iraq, que hay que tratar de controlar. Para ello, hay que hacer un gran esfuerzo. Hay que trabajar con mucha voluntad y con competencias de corazón. Tal vez así las cosas funcionen.




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