Conferencia de prensa de Jacques CHIRAC, Presidente de la República, al concluir el Consejo europeo (Bruselas)

CONFERENCIA DE PRENSA DE JACQUES CHIRAC, PRESIDENTE DE LA REPUBLICA, AL CONCLUIR EL CONSEJO EUROPEO

(Bruselas, 18 de junio de 2004)

Señoras y Señores:

Más vale tarde que nunca. Hemos concluido las negociaciones sobre la Constitución europea. Creo que no exagero las cosas si digo que hoy es un día importante para Europa porque, gracias al nuevo Tratado que se ha adoptado, vamos a tener una Europa más eficaz, una Europa que responderá mejor a las necesidades de los europeos y una Europa que tendrá mayor peso en el mundo. Y esos eran, precisamente, nuestros objetivos.

Como saben, se empezó a elaborar esa Constitución hace dos años, cuando se estableció la Convención que, presidida por Valéry Giscard d'Estaing, ha realizado un trabajo magnífico y unánimemente apreciado como tal. Ese proyecto ha servido de base a los trabajos de la Conferencia Intergubernamental que han concluido esta tarde con éxito gracias, en particular, a una presidencia irlandesa excepcional, de gran calidad y eficacia, a la que cabe manifestar un profundo y merecido agradecimiento.

Como ya había tenido oportunidad de decirlo, de decírselo a ustedes, hay que recordar que antes de que comenzara la reunión, ya estábamos de acuerdo sobre una parte muy importante de ese Tratado. Más o menos estábamos de acuerdo sobre el 90% del texto. Y lo que teníamos que hacer tanto ayer como hoy, era concluir la negociación. Como es natural, siempre es lo más complicado y lo más delicado, ya que se dejan para el final los asuntos más espinosos.

El acuerdo logrado me satisface porque está totalmente en línea con el acuerdo elaborado por la presidencia. Y creo que se puede decir que es un buen acuerdo para Europa y un buen acuerdo para Francia. En primer lugar, porque gracias a ese texto, Europa va a poder funcionar mejor. Me refiero, evidentemente, al nombramiento de un presidente estable del Consejo Europeo y al nombramiento de un ministro de Asuntos Exteriores cuya figura nos permitirá tener una acción exterior común más coherente. También quiero mencionar la reforma de la Comisión que, a partir de 2014, será una Comisión reducida y, en consecuencia, creo que más acorde con el espíritu de lo que debe ser la Comisión, y más eficaz. Por último, hemos adoptado las nuevas reglas de voto en el seno del Consejo con el sistema de la doble mayoría 55%-65%. De esta manera, se cumplen los objetivos de tener mayor capacidad para tomar decisiones así como un sistema más democrático. Este sistema tiene más en cuenta las realidades demográficas de Europa. Es la Europa de los Estados, es una federación de Estados y también es la Europa de los pueblos con todo lo que algo así implica en el plano demográfico.

Vamos a tener una Europa más democrática. Por fin se ha aclarado el reparto de las competencias entre la Unión y sus Estados miembros. La codecisión entre el Consejo y el Parlamento Europeo es ahora la regla general en materia legislativa pero también en materia presupuestaria. Ahora, se reconoce plenamente el papel de los parlamentos nacionales en el funcionamiento de la Unión y se ha intensificado sensiblemente su papel, especialmente en lo que se refiere al control del principio de subsidiariedad. Todos saben que para nosotros era muy importante.

También estoy satisfecho porque la nueva Europa permitirá avanzar, actuar y decidir. Hemos progresado sensiblemente, muy sensiblemente, en la extensión del voto por mayoría cualificada. En particular, me refiero a los asuntos del ámbito de la justicia y del interior. Es cierto que nos habría gustado llegar más lejos, especialmente en materia fiscal y social. Pero lo que cuenta es haber previsto y afianzado el procedimiento de las cooperaciones reforzadas gracias al cual, los países que deseen ir más deprisa y llegar más lejos podrán hacerlo sin estar bloqueados por aquellos que necesiten algo más de tiempo. A este respecto, también me alegro del refuerzo de la Eurozona, de su identidad y de su capacidad para poder pesar más en los asuntos que la conciernen.

Por otro lado, hemos aprobado disposiciones para proteger más a los europeos y sus intereses. En particular, me refiero a la creación de una futura fiscalía europea, basándonos en Eurojust, así como a los grandes avances registrados en materia de defensa. En definitiva, se trata de un resultado muy satisfactorio, repito, obtenido en gran parte gracias a la eficacia y a la inteligencia de la presidencia irlandesa. Con este resultado, Europa va a disponer del marco jurídico necesario para continuar su acción al servicio de sus ciudadanos y para reforzar su lugar en el mundo.

El último punto es que, dado el tiempo que se ha consagrado a esta reforma, la presidencia irlandesa ha decidido retrasar unos días el nombramiento del presidente de la Comisión del que hablamos ayer por la tarde. Volverá a convocarnos dentro de unos días. Sé que el primer ministro Verhofstadt, en el que habíamos pensado como candidato y que tuvo sus dudas aunque acabó aceptando, ha decidido, debido a ese retraso, no seguir estando disponible en este ámbito. Creo que es un pena.

Esto es lo que quería comentarles. Ahora estoy dispuesto a responder a las preguntas que quieran hacerme.

Pregunta.- Señor presidente, una pregunta que no tiene nada que ver con la Cumbre. Un ingeniero estadounidense ha sido decapitado en Arabia Saudí. ¿Cómo reacciona ante este acto? Gracias.

Respuesta.- Acabo de saberlo. No quería creerlo. Me horrorizan esas iniciativas, esos métodos tan salvajes y que resultan tan difíciles de calificar por lo mucho que se oponen a todo lo que podemos imaginar respetable en el plano humano. Pienso en la víctima, en su familia, en sus conciudadanos y en su pueblo. Y no puedo más que expresar la vergüenza que sentimos todos frente a actos de esa naturaleza cometidos por seres humanos.

P.- Señor presidente, ¿qué peso va a tener Europa en el mundo con esta Constitución? Un año después del cisma europeo provocado por el problema iraquí, ¿tiene Europa los medios con que tener una política exterior común? ¿Le ayuda realmente la Constitución?

R.- Mire, en primer lugar, el objetivo de Europa no es hacer que todos los pueblos que la componen caminen al paso inmediatamente. Pero es cierto que tiene una aspiración común y con el paso que hoy se ha dado con las decisiones tomadas en materia de política exterior y, en particular, la decisión de nombrar a un ministro de Asuntos Exteriores, podemos esperar tener más coherencia en las decisiones comunes y, en consecuencia, más peso y más fuerza en el mundo. Pero es algo que llevará su tiempo y que no se hará de la noche a la mañana. Es lo que queremos y vamos bien encaminados.

P.- Si me permite, señor presidente, quisiera hacerle dos preguntas. Ha pedido usted que el procedimiento de decisión europeo sea más simple y más transparente. Pero cuando leo el acuerdo al que han llegado sobre el voto por mayoría cualificada en el seno del Consejo de Ministros, hasta yo, que llevo un tiempo siguiendo las asuntos europeos, confieso que tengo dificultades para entenderlo. ¿Podría explicarnos fácilmente ese sistema? Segunda pregunta, ahora que el texto está adoptado, ¿va a someterlo a referéndum en Francia?

R.- Sr. Quatremer, no puedo imaginar seriamente que, con su experiencia, no haya entendido lo que se explica de forma muy sencilla sobre el voto por mayoría cualificada. Percibo algo de malicia en su pregunta y, por lo tanto, no me voy a detener a explicarle cómo se cuenta el 55% de los países y el 65% de la población. Lo que sí puedo hacer es ofrecerle una pequeña calculadora si la necesita.

En cuanto a la pregunta sobre el referéndum, ya se organice un referéndum o se recurra al Parlamento, dadas las diferentes etapas de procedimiento que hay que atravesar, la Constitución europea tardará al menos un año en ser ratificada. Me imagino, Sr. Quatremer que esto lo sabe y lo entiende. De manera que, a la pregunta que me ha hecho, respondo que tomaré la decisión cuando llegue el momento. Lo haré de forma responsable, estando convencido, por el bien de Francia, de la democracia y de los franceses.

Pregunta.- Quisiera preguntarle si sería bueno para esa simplicidad de la que hablaba un compromiso del tipo "Ioannina" que ha sido aceptado a petición de Polonia o si, por el contrario, ese tipo de compromiso complicaría las decisiones porque, simplemente, no se va a poder utilizar.

R.- No voy a ocultar que no me he mostrado demasiado a favor de ese compromiso de "Ioannina", como ha dicho. Porque entonces, sí que entiendo perfectamente a los que no comprenden de qué manera va a funcionar Europa. Tengo la certeza de que una de las razones que explican la falta de interés que ha manifestado la mayoría de los europeos en las últimas elecciones al Parlamento Europeo, son las dificultades que tienen para entender exactamente cómo funcionan las cosas y a qué corresponden las iniciativas o mecanismos que se aprueban. Este Tratado simplifica bastante las cosas. Creo que hemos hecho bien en no introducir complicaciones que no son del todo necesarias. Pero nuestros amigos polacos tenían un miedo, un problema, y era natural que todos los socios entendieran ese problema y aportasen una solución, aunque fuera en detrimento de la simplicidad. De manera que, en condiciones razonables, hemos aceptado la aplicación de ese proceso de "Ioannina" que deja un poco de libertad de apreciación a Polonia sobre asuntos que quería salvaguardar.

P.- ¿Quién es su nuevo favorito para presidir la Comisión?

R.- No tengo. Esperaré a que haya candidatos. Y por el momento, no los hay. Cuando los haya, me imagino que nos reuniremos y evaluaremos las candidaturas.

P.- En las conclusiones, la Unión Europea expresa su profunda preocupación por la situación en la República Democrática del Congo. ¿Qué puede hacer Europa?

R.- En primer lugar, hemos manifestado nuestra preocupación por los últimos desórdenes que han tenido lugar en Kivu. Lo que observo de forma menos pesimista es que las interferencias extranjeras han estado limitadas y que parece que el orden quiere volver a reinar de nuevo. Espero que así sea. Pero nos preocupa la situación. Los tres ministros de Asuntos Exteriores belga, británico y francés, es decir, los tres ministros digamos que con competencia particular para este tipo de problema, van a reunirse próximamente, probablemente en Bruselas, con los principales responsables de la región, es decir, Ruanda, el Congo Kinshasa y Burundi, para tratar de aplacar la situación y hacer lo posible por limitar los brotes de violencia que, por cierto, no siempre son desinteresados, y que, como por desgracia observamos, a menudo vienen del exterior.

Espero que con esta presión amistosa o cooperación podamos seguir trabajando para establecer un Congo con fronteras legítimas, bajo la autoridad de su presidente, el Sr. Kabila, y que garantice a sus ciudadanos la seguridad a la que tienen derecho y, sobre todo, el desarrollo que esperan dadas las grandes riquezas potenciales que existen en ese país.

P.- Señor presidente, ¿cuáles son, en su opinión, las razones que explican el fracaso del Consejo Europeo sobre la decisión del futuro presidente de la Comisión?

R.- Creo que es el hecho de que la presidencia ha puesto, y con razón, toda su energía al servicio de la reforma constitucional, que era una gran ambición pero que ha dejado muy poco tiempo para tratar otros asuntos. Lo entiendo perfectamente. No estábamos a tan solo unos días de tomar la decisión. De modo que este asunto se ha trabajado de forma un tanto marginal, sin que realmente hubiera candidatos. Así que creo que la presidencia ha sido muy sensata al decir que, en estas condiciones, no había un debate lo suficientemente profundo y serio y que era mejor retrasar este asunto unos días. Creo que la presidencia ha sido bastante sensata.

P.- Señor presidente, ha hablado de un día importante, de un buen acuerdo. Pero no ha utilizado la palabra "histórico". ¿Cree que si se insiste un poco, el 18 de junio, que es para muchos franceses una fecha importante, se considerará un momento histórico de la construcción europea?

R.- Creo que no hay que abusar de las palabras grandilocuentes. Pero, en efecto, creo que este 18 de junio y este acuerdo tienen, incuestionablemente, una dimensión histórica en la construcción europea. Es la primera vez que los Veinticinco nos reunimos. Es muy difícil trabajar entre veinticinco, cada uno con su cultura, es muy difícil llegar a un acuerdo para organizar un sistema cuya finalidad es la paz y la democracia en Europa. En efecto, es histórico. Con esto quiero decir que cuando se mira la historia de Europa desde su origen, se observa que no hay más ejemplos en los que se haya implantado la paz y la democracia -en todos los casos la paz, y la democracia también aunque es una concepción más reciente- en un territorio tan amplio y en beneficio de tanta población y todo ello de forma pacífica, sin imponerse por guerras que siempre son soluciones que no duran.

De manera que si sobrevuelan la historia de Europa, si reflexionan sobre la historia de Europa desde sus orígenes, entonces sí, se puede decir que hoy es un día histórico, sin pretender abusar de las palabras grandilocuentes.

P.- Los británicos han rechazado, en fin, han querido que, en el ámbito social, se mantuviese la unanimidad. De manera que la Europa social deberá esperar. ¿Se ha quedado usted con la impresión de que el modelo social francés es bastante minoritario en Europa?

R.- Llevamos mucho tiempo defendiendo un modelo social que no es únicamente el modelo social francés sino un modelo compartido por otro países. Le recuerdo que, en 1996, yo mismo presenté al Consejo un memorándum sobre la Europa social. Fue el primero que presentaba un jefe de Estado o de Gobierno. Desde entonces, siempre hemos tratado de protegerlo cuando era atacado o de amplificar y extender nuestro modelo social europeo.

Es una actitud y un comportamiento que, por lo general, encuentran el apoyo de la mayoría de nuestros socios. Es cierto que el Reino Unido tiene una visión bastante distinta de la nuestra en el plano social, por razones esencialmente económicas que puedo comprender aunque no aprobar, y que llevan a ese país a temer, por encima de todo, todas las iniciativas susceptibles de interferir con sus fuerzas económicas. Eso es lo que ha llevado, especialmente al Reino Unido, a rechazar que se pasara a la mayoría cualificada en materia social y en materia fiscal, ya que ambos están vinculados. Lamento que sea así, pero todo llegará con el tiempo. Por otro lado, me alegro de que hayamos logrado imponer al Reino Unido el sistema de las cooperaciones reforzadas que nos permitirá actuar, dejando a un lado al Reino Unido, con otros que deseen ir más deprisa y llegar más lejos en este ámbito.

Gracias




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