Discurso del Señor Jacques CHIRAC, Presidente de la República Francesa, a la comunidad francesa

Discurso del Señor Jacques CHIRAC, Presidente de la República Francesa, a la comunidad francesa

Liceo francés de Santiago, sábado 27 de mayo de 2006

Señora y señores Ministros,
Señores Parlamentarios,
Señora y señores representantes de los franceses de Chile,
Señora Embajadora,
Mis queridos compatriotas,

Siento una gran alegría al encontrarme hoy con quienes representan a nuestro país tan lejos de nuestras fronteras. Este bello liceo de la Alianza Francesa, que imparte a los jóvenes de nuestros dos países una formación enriquecida con la aportación de nuestras dos culturas, nos recibe en un marco soberbio y privilegiado. Vaya mi agradecimiento a sus responsables.

He venido a rendir homenaje a este Chile cuya profunda mutación encarna tan bien su nueva Presidenta. He venido a dar testimonio de la confianza y el apoyo de Francia a este país que, tras haber recuperado la democracia, es un ejemplo de madurez y equilibrio, de restauración controlada de la democracia.

Orgulloso de una democracia restaurada con espíritu de reconciliación nacional, comprometido en un desarrollo económico controlado, atento al equilibrio de su sociedad, como lo demuestra el último discurso que hizo la Presidenta, en Valparaíso el 21 de mayo pasado, abierto al mundo y responsable: es indiscutible, Chile suscita la admiración.

Las entrevistas mantenidas con la Presidenta me han demostrado la importancia de nuestras convergencias en muchos ámbitos.

Nos une a Chile un rico pasado de intercambios y afinidades intelectuales, y también de luchas comunes en aras de la defensa de la libertad.

Esa comunidad de valores nos vuelve a unir hoy en la acción. Compartimos una misma visión de la sociedad internacional, de la exigencia de un multilateralismo consolidado, una misma voluntad de actuar para que el mundo sea más justo en una globalización mejor regulada, la misma preocupación por proteger los recursos de nuestro planeta. Prueba de ello es el activo papel de Chile en nuestro proyecto común de dotar la ayuda para el desarrollo de financiaciones estables. También lo demuestra su compromiso en las fuerzas de las Naciones Unidas para restaurar la estabilidad y una vida más o menos normal en Haití y su ejemplar participación en los mecanismos del protocolo de Kioto.

Mis queridos compatriotas,

Son ustedes los testigos y los actores privilegiados de esa relación que existe entre Francia y Chile. Sé que forman una comunidad joven y dinámica, plenamente integrada en la sociedad chilena, y que van tejiendo día a día el diálogo entre nuestros países.

En el aspecto económico, la maestría de Francia y su creatividad se concretan en Chile a través de más de 140 empresas, el doble que hace quince años. Hoy están con nosotros los florones de nuestras grandes empresas. También quiero saludar a las PYMES notablemente innovadoras que han sabido aprovechar la oportunidad chilena en sectores de punta altamente competitivos. Todos ustedes comparten esa ambición de excelencia. Todos ustedes trabajan en simbiosis con nuestros socios chilenos. El potencial de este país y sus necesidades en transferencias de tecnología confirman que quedan aún muchas oportunidades que aprovechar para Francia en Chile.


Quiero agregar, mis estimados compatriotas, que ustedes llevan ese dinamismo y tienen razón de hacerlo. No se dejen impresionar por los tristes comentarios que a veces se pueden escuchar o leer. Francia es hoy la quinta potencia mundial en términos de producto interno bruto, y está mejorando sus resultados. Francia es hoy el tercer exportador mundial en servicios. Francia es hoy el segundo inversionista del mundo, justo después de Estados Unidos. Francia es la primera tierra de acogida de las inversiones extranjeras en el mundo, al mismo nivel que China. En Francia existen dos millones quinientas mil empresas, de las cuales, lideres mundiales en todos los sectores. Estén orgullosos, a la vez de su economía, de nuestra situación, de nuestra inteligencia y de nuestro trabajo. Ustedes son aquí, en esta parte del mundo los portadores de esta inteligencia, de este trabajo. Lleven con determinación y hagan lo necesario para que Francia siga ganando. Ella puede hacerlo, lo merece, se lo deberá .

Deseo por tanto saludar el compromiso de la comunidad francesa del mundo de los negocios en Chile por su servicio a la promoción de nuestro comercio exterior: la Cámara de Comercio e Industria Franco-Chilena, cuya calidad y eficacia he podido comprobar esta mañana, y los asesores de comercio exterior. Pero también a los consejeros del comercio exterior que están presentes y particularmente activos.

Pero la presencia francesa en Chile es también una comunidad de saber que favorece intercambios culturales fecundos, en la tradición del naturalista Claude Gay o del arquitecto Emilio Duhart, autor de este edificio.

Hoy día, más de sesenta jóvenes investigadores franceses trabajan en las universidades chilenas en programas de investigación de alto nivel. Los intercambios de estudiantes son cada vez más numerosos en ambos sentidos y cuentan con un importante programa de becas. Francia ha formado a más de 400 doctores chilenos desde la vuelta de la democracia y mantiene aquí una cooperación científica de excelencia, que se abre a partenariados tecnológicos.

Nuestros liceos franceses acogen a más de 5.000 alumnos, y son el armazón de la francofonía y el vivero de los responsables profesionales del mañana. El liceo Saint-Exupery, que celebra este año su 50 aniversario, es un bello ejemplo. A través de él, quiero rendir homenaje a toda la comunidad educativa franco-chilena y a los antiguos alumnos que son hoy otros tantos relevos para nuestros intercambios y para nuestras culturas.

Evidentemente, nuestro país sigue atentamente la situación de los franceses de Chile y les demuestra su solidaridad, tanto en la protección social como en el apoyo a la escolaridad. Sus responsables políticos, su embajadora, están a su disposición para aconsejarles y apoyarles, si ustedes lo necesitan.

Señoras y señores, mis queridos amigos, mis queridos compatriotas, Francia sabe que puede contar con ustedes en Chile. Ocupan ustedes los primeros puestos de esta ambición francesa que consiste en crear una asociación estratégica entre Europa y Latinoamérica, donde Chile tiene un papel esencial para el futuro.

Deseo expresarles a todos ustedes mi amistad, mi estima y mis más afectuosos deseos de éxito personal y familiar.

¡Viva la República!
¡Viva Francia!





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