Conferencia de prensa del Presidente de la Republica al termino del Consejo Europeo

Conferencia de prensa del Sr. Jacques CHIRAC, Presidente de la Republica, al termino del Consejo Europeo


Bruselas, 16 de junio de 2006

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P – Señor Presidente, ¿cree usted que las reglas para la ampliación son ahora más estrictas que antes? Me refiero a este momento, en el que dispondremos de los informes sobre la capacidad de absorción. ¿Está usted de acuerdo con el Sr. Juncker en que, si Turquía no abre sus puertos, deberán detenerse este mismo año todas las negociaciones?

R – En primer lugar, las deliberaciones y las decisiones que hoy han sido adoptadas no han endurecido o modificado las condiciones de entrada y de ampliación, tal y como tuve ocasión de indicarlo anteriormente. Ya expliqué cuáles eran las condiciones de absorción; los criterios siguen siendo los de Copenhague. Por lo tanto, a este respecto, no hay duda alguna de que el principio no ha sido modificado. Cada cual debe entender que se trata de un contrato entre dos personas, una ampliación. Naturalmente, se trata de la voluntad de un país candidato, pero también de la voluntad de asumir las responsabilidades que implica por parte de los otros, es decir, del conjunto de la Unión. Por lo tanto, no hay preocupación alguna desde este punto de vista.

Partiendo de ello y por regla general, estoy de acuerdo con lo que ha dicho el Sr. Jean-Claude Juncker, pero no he tenido ocasión de escuchar o de leer lo que ha dicho sobre Turquía. Me parece evidente que Turquía, con la que hemos abierto un capítulo de negociaciones, deberá respetar los compromisos que ha adquirido y en particular en lo que respecta a las mercancías provenientes de Chipre con destino a los puertos turcos. Por supuesto, si no cumple con estas condiciones, cuestionará ella misma su capacidad de perseguir el proceso de ampliación.

P – Señor Presidente, ¿no está usted de acuerdo con el argumento de que no era práctico disponer de dos sedes distintas para el Parlamento europeo? ¿Bajo qué condiciones aceptará Francia que se desplace todo y de manera definitiva a Bruselas? ¿Qué opina usted del apoyo público manifestado por el Primer ministro holandés de cara a la solicitud a favor de la sede de Bruselas?

R – En primer lugar, ambas preguntas están relacionadas. Le recuerdo que las reglas del juego deben ser respetadas. La sede del Parlamento en Estrasburgo no una cuestión de la voluntad del Parlamento, del Primer ministro holandés o de alguna otra persona; se trata de una cuestión que compete al Tratado. Por consiguiente, si deseáramos cambiar la sede del Parlamento, en estos momentos, sería necesario modificar el Tratado, con todo el procedimiento que ello implica. El resto son habladurías, más o menos orientadas y, por lo tanto, no tengo en consideración a ninguna de ellas.

También debo decir que no he escuchado al Primer ministro holandés, con quien tengo una gran amistad y estima y a quien conozco muy bien, expresarse a este respecto en la mesa del Consejo. No ha hablado de ello en la sede del Parlamento y por tanto no le he podido responder. La cuestión no ha sido planteada por una razón muy sencilla: no es planteable. Ni el Parlamento, ni los Estados, ni los hombres son quienes deciden a este respecto; es el Tratado.

P – En referencia a la Constitución, podemos ver como, tras un año de reflexión, no se ha conseguido avanzar realmente y sigue bloqueado entre aquellos que no quieren enterrar el proyecto y aquellos que consideran que debe continuar. ¿Qué le hace pensar que, con uno o dos años más de reflexión, todo podría llegar a desbloquearse?

R – Algo muy sencillo : en las sociedades humanas no existe un bloqueo permanente, siempre hay una solución a los problemas. Tengo una amplia experiencia de Europa y siempre he visto cómo Europa progresa de crisis en crisis, anunciadas en la época como definitivas y que, de manera natural, conseguían encontrar una salida. Se pasaba página y se preparaba la siguiente crisis. Siempre ha sido así y no crea que va a cambiar; se trata de algo natural, como resultado de un sentimiento complejo generado por un cierto número de Estados que quieren ponerse todos de acuerdo.

Pero, al igual que la crisis es inherente al sistema, su salida también lo es. Es por lo tanto necesario darse un tiempo de reflexión. Tenemos un problema muy sencillo y es que las instituciones no funcionan como sería deseable. Han sido propuestas soluciones, pero no han sido aceptadas por ciertos países que se expresaban a través de la vía del referéndum, es así de simple. Lo que resulta chocante no es el hecho de que los Franceses o los Holandeses hayan rechazado; lo chocante es la campaña que algunos han hecho por el "no", explicando que existía un plan B, cuando en todos los casos, las personas que habían ejercido funciones importantes, a menudo en el seno de los gobiernos, sabían perfectamente que mentían. No se puede mentir a los Franceses, sobre todo durante una campaña electoral. Mentían porque, por supuesto, no existía ningún plan B.

Por tanto, a partir de esta observación, es necesaria una reflexión mucho más profunda y larga. Por supuesto, dicha reflexión estará determinada por todo el mundo, pero algunas cosas serán inevitables. Es natural que algunos países sean más importantes que otros. Alemania será quien empiece. Ciertamente, la postura que adoptará Alemania, durante su próxima presidencia, tras Finlandia, será importante y contribuirá a encauzar el camino a seguir. Después, será necesario esperar a la presidencia francesa, durante el segundo semestre de 2008. Diré a modo de conclusión que, probablemente, esto es lo más realista. Pero no crean que por ello se trata de algo dramático.

Durante este tiempo, ya que tenemos una gran capacidad para auto flagelarnos, dispondremos de una Europa que sigue trabajando. No entraré en detalles puesto que ya saben cuáles son. La reforma de las instituciones está detenida. Lo solucionaremos con un tiempo de reflexión necesario, pero, mientras tanto, Europa sigue avanzando: disponemos de un presupuesto, tomamos todo tipo de iniciativas, tenemos la Europa de los proyectos. Por lo tanto, no cabe preocuparse por el futuro de Europa.

P – Señor Presidente, nos ha hablado de la política energética europea. Una de las ideas parecía buena, la de la fusión entre Suez y Gaz de France. De momento, se compara un poco la situación con la de la Constitución, es decir, que se ve como una crisis. ¿Cómo ve, por lo tanto, la salida de esta crisis?

R – En primer lugar, no me gusta que se abuse de la palabra crisis. Hoy en día, todo lo que ocurre se califica inmediatamente de crisis. Forma parte de la presentación general de las cosas. En este asunto, la cuestión es que la seguridad energética constituye un desafío esencial para Francia y, por otro lado, para Europa, de cara a nuestro abastecimiento de gas natural, tal y como ya lo hemos hablado. Se trata de un desafío esencial para nuestro país. Este problema existe.

También está la cuestión de los 60.000 asalariados de Suez en Francia, directamente concernidos por el agua o el saneamiento y a quienes, naturalmente, les preocupa la idea de las consecuencias que podría tener una OPA particularmente hostil sobre su futuro; es perfectamente comprensible. Tenemos, por lo tanto, otra segunda cuestión importante en torno a este problema.

Por último, existen las garantías que deben darse a los asalariados de Gaz de France. Me refiero a su estatuto, al propio principio del mantenimiento de un servicio público al cual nos sentimos profundamente vinculados, ya que forma parte de nuestra tradición nacional y también a las tarifas, en lo que respecta a los consumidores.

Existe actualmente, en este contexto difícil, un proyecto sobre la mesa, el de la fusión de Suez y Gaz de France. Es un proyecto que ha sido propuesto por las empresas y en el cual trabaja el gobierno en profundidad, en concertación, por un lado, con las organizaciones sindicales de trabajadores asalariados y, por otro, con el Parlamento. El gobierno avanza en este proyecto de gran interés. En base a esta voluntad de diálogo y de acción establecerá, en los próximos días, su calendario parlamentario.

P – El Sr. Prodi ha indicado que, cuando estuvo en París, le envió una propuesta amistosa de ENEL/Gaz de France/Suez. ¿Ha tenido tiempo de reflexionar sobre este proyecto y de aportar una respuesta? ¿Qué tiene usted que decir del artículo de le Monde en el que se indicaba que el proyecto GDF/Suez había sido aplazado? Segunda pregunta, sobre EADS; AMF ha declarado que investigaba sobre las acciones de EADS: ¿puede usted decirnos si ha confiado siempre en la gestión de la sociedad? Y para solucionar el problema del A380, ¿está dispuesto el gobierno francés a prestar ayuda estatal?

R – En primer lugar tuve recientemente encuentros extremadamente cordiales con el Sr. Prodi. Nos conocemos desde hace tiempo. Nuestra estima y amistad es recíproca y, como es natural, su intervención era por supuesto amistosa.

El Sr. Prodi no ha realizado ninguna propuesta amistosa en materia industrial. No era ni su papel, ni el mío. Conozco perfectamente el problema. Lo mencioné hace un momento, no insistiré en él. En cualquier caso, lo que deseo, es que adoptemos siempre con Italia el máximo de iniciativas que nos permitan constituir grandes grupos de naturaleza europea o mundial, entre Francia e Italia, cada vez que nos sea posible y, por supuesto, de manera amistosa.

Me han preguntado sobre EADS : en primer lugar, deseo indicarle que EADS y AIRBUS constituyen un enorme proyecto y un gran éxito europeo. Existen retrasos en la entrega del A380 y no se debe exagerar sobre un problema tan complejo y tan técnico. Se puede entender que se produzcan retrasos. Naturalmente, será necesario resolver los problemas técnicos que implican estos retrasos. Les recuerdo que el A380 cuenta ya con más de 400 horas de vuelo y que los primeros aviones se entregarán a partir de este año.

Por consiguiente, no siento preocupación alguna por el A380 y las condiciones técnicas de las soluciones que se aportarán a estos problemas. Frente a tales dificultades, sé perfectamente que la empresa se encuentra completamente movilizada con el fin de superar estos problemas y estas dificultades. Confío plenamente en ella y no tengo nada más que añadir a esta cuestión.

Por último, en lo que respecta a un "cierto" anuncio por parte del periódico "Le Monde", creo que hay que ser cauto con las conclusiones obtenidas demasiado rápido por la prensa en general. A este respecto, la información en cuestión no tenía fundamento.

P – Me gustaría volver sobre la Constitución, sobre la manera de salir de la crisis. Quisiera estar seguro de entenderlo correctamente. Se va a renegociar el Tratado constitucional; ¿dicha renegociación desembocará en un nuevo texto que será sometido a referéndum, digamos, en el primer semestre de 2009 y es esta la salida que prevé de la crisis?

R – Señor Quatremer, usted lleva cubriendo los problemas europeos suficientemente como para saber que no existe una respuesta sencilla a una pregunta de tal naturaleza. Si se amplia el plazo de reflexión, es precisamente porque deseábamos reflexionar aún más, esto ya lo ha entendido usted. Si deseábamos reflexionar más, es precisamente porque no disponíamos de una solución que pudiéramos presentar inmediatamente.

Por lo tanto, la primera etapa consiste en profundizar en la reflexión y confiamos, tras la presidencia finlandesa, en que la presidencia alemana lleve a cabo una reflexión mayor sin necesidad de decir que haremos esto o esto otro, lo cual sería demasiado trivial y haría que los demás diesen marcha atrás.

Por lo tanto, debemos hacer una reflexión serena y tranquila que irá teniendo lugar, en mi opinión, durante los dos próximos años. Conseguiremos un resultado – todo el mundo es consciente de ello – al final de un camino que, como he dicho, empezará por la presidencia alemana y terminará por la presidencia francesa. En ese momento se podrá diseñar un esbozo de solución. ¿Se hará con este tratado o con otro, con este procedimiento o con otro? Es imposible decirlo hoy en día y sería irresponsable imaginárselo.

P – Señor Presidente, ¿ha sido encontrado un mecanismo de ayuda a los Palestinos, a cinco semanas del referéndum, para el pago en particular de los salarios de 165.000 funcionarios palestinos?

R – En primer lugar, no se sorprendería al decirle que tal es mi deseo. Ya conoce la posición de Francia: consideramos totalmente inadmisible, inmoral y políticamente muy cuestionable hacer pagar al pueblo palestino las consecuencias de sus elecciones políticas y democráticas. Por consiguiente, Francia apoya el principio de seguir prestando ayuda a los Palestinos en todos los ámbitos, incluido el pago de los salarios de los funcionarios y que representan la vida o la supervivencia de, en total, 3 millones de personas, es decir, un número considerable de personas y personas que no reciben su sueldo desde hace tres o cuatro meses. Esto genera frustración, puede que cólera y en cualquier caso, se trata de una injusticia.

En el marco de lo que ha indicado el Cuarteto y en particular bajo el impulso de la comisaria competente, la Sra. Waldner, la Unión europea ha progresado enormemente desde hace dos días y con motivo de este Consejo. Creo poder decir, aunque no de manera definitiva – ya que aún no ha sido totalmente decidido –, que el importante progreso que se ha realizado siguiendo el espíritu definido por el Cuarteto, se ha realizado en particular gracias a la acción de la Comisión. Se podrá tomar decisiones positivas en lo que respecta a la ayuda general y en particular para los funcionarios, sobre todo en el sector de la sanidad.

P – Señor Presidente, nos ha indicado que ha iniciado un debate sobre la ampliación y las capacidades de absorción. ¿Porqué no se inició dicho debate, por ejemplo, en 1999, en Helsinki, antes de dar luz verde a Turquía? ¿Ha sido el "no" de los Franceses en el referéndum lo que ha modificado su punto de vista sobre la ampliación de Europa?

R – En primer lugar, cada cosa a su tiempo. Ya dijimos anteriormente que nuestro sistema debía ser estudiado en función de sus instituciones, en particular de sus capacidades financieras, de sus reacciones políticas, antes de decidir la ampliación.

De hecho tuve ocasión de precisar que en ningún caso cuestionaba los criterios, es decir, que no imponía absolutamente ninguna condición para la entrada. Simplemente pedía que hubiera consciencia de las consecuencias, por todos lados, de tales decisiones.

Ha hecho falta un cierto tiempo, en particular, para convencer al conjunto de nuestros socios. En realidad, una cierta parte de nuestros socios no estaban a favor de esta reflexión porque temían que se cuestionaran los criterios y se endurecieran; aunque jamás había sido ésta mi propuesta, temían que se produjera. Temían que, en el marco de las discusiones, se produjera un cambio de criterios o nuevos criterios, o bien que se endurecieran los actuales.

Sin embargo, muchos tenían en mente y en particular el problema de los Balcanes. Por consiguiente, se mostraban algo reservados. Ha sido necesario convencer, en primer lugar, que no teníamos sentimientos negativos hacia nadie, sino que se trataba simplemente de una preocupación por una buena gestión y que debía ser estudiado por la Comisión para después ser aprobado por el Consejo.

Muchas gracias./.





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